martes, 27 de noviembre de 2007

Don Bosco, ¿fue siempre muy paciente?

Es un hecho poco conocido y que nunca aparece en las biografías de don Bosco. Se teme que su imagen quede dañada. Nosotros creemos que mientras más verdadero es don Bosco, su figura va creciendo ante nuestro concepto, y sobre todo se nos va haciendo más imitable.

Encontramos en las Memorias Biográficas, vol. IV, pág. 432, el siguiente hecho:

“Le movía el amor de la justicia y de las almas y no la pasión. Entre las faltas más graves enumeraba don Bosco la desobediencia, cuando tomaba casi el aspecto de revuelta. Cierto día, un alumno ya mayor, pese a las repetidas órdenes, acompañadas de ruegos y pacientes exhortaciones, se negaba con obstinación e insolencia a obedecer, en un asunto de mucha importancia. Estaban presentes los compañeros. En aquel momento no podía ni debía ceder: era necesario impedir un escándalo, pero no admitía la idea de ocasionar ningún daño a aquel su hijito, despidiéndole. Así que, después de concentrarse un momento, invocó al Señor y le soltó una bofetada. Aquello fue como un rayo. Todos los muchachos concibieron vivo horror por la desobediencia, pues nunca habían visto al Superior castigar de aquel modo. Don Bosco se cubrió el rostro con las dos manos. El muchacho, estupefacto, bajó la cabeza, obedeció instantáneamente y, a partir de aquel momento, se convirtió en uno de los mejores del Oratorio. Muchos años después nos narraba don Bosco este caso y decía: la cosa resultó bien, pero no aconsejaré a nadie que corra este riesgo.