martes, 2 de diciembre de 2008

Qué opinaba don Bosco sobre la predicación de ejercicios espirituales


Dicen las Actas del Primer Capítulo General, que se tuvo del 7 de septiembre a l7 de octubre de 1877 : Se volvió después a hablar un rato sobre la predicación. En la segunda conferencia se había determinado que algún socio compusiese un breve tratado de elocuencia sagrada que sirviera de texto en los cursos de teología; se designó a don Juan Bonetti.


Pero es preciso, dijo don Bosco, que este tratadito de preceptos no se refiera únicamente a la predicación, sino también a la educación que hay que dar a los jóvenes. Hay que encarnar en él nuestro sistema preventivo de educación. Tiene que ser el amor quien atraiga a los jóvenes a hacer el bien, por medio de una continua vigilancia y dirección; y no el castigo sistemático de las faltas, después de haberlas cometido. Es un hecho comprobado que este segundo método, las más de las veces, atrae sobre el educador el odio del joven de por vida.


Además, la predicación sea sencilla. Dese la definición del tema que se va a tratar; de la definición se saca la división y se explican las partes. No se amontonen muchos textos o muchos hechos, apenas mencionados, para convencer de algo: sino explíquense bien y póngase de relieve aquel texto o aquellos pocos textos. Y en lugar de mencionar muchos hechos, elíjase uno, el que sea más apropiado, y nárrese con todos los detalles que más sirvan para lograr el fin que se pretende. La limitada inteligencia del niño, incapaz de comprender y apreciar la multiplicidad de las pruebas, tendrá por el contrario grabada profundamente en la mente esta única, y si recibió de ella una fuerte impresión, su tierna memoria la recordará después durante muchos años. (M.B. XIII, 256)

martes, 4 de noviembre de 2008

La “oveja negra” en la familia de don Bosco


Luis era el segundo hijo varón de José y estuvo también él, como su hermano Francisco, en el Oratorio en 1854. Terminó sus estudios secundarios.

Dice don Lemoyne que cuando enfermó don Bosco gravemente en Varazze, a fines de 1871 y principios de 1872, este sobrino estuvo junto a su lecho.

En esa ocasión don Bosco dejó escrito en un pequeño trozo de papel:
“Confirmo mi testamento anterior, constituyendo mi heredero universal y ejecutor testamentario al sacerdote Miguel Rua, actual prefecto de San Francisco de Sales en Turín. Quedan fuera de esta disposición sin embargo los bienes paternos que poseo en Castelnuovo d’Asti, que deseo dejar a mis dos sobrinos Luis y Francisco, ambos hijos de mi único hermano José. Ellos están obligados a entregar 200 francos a cada una de sus hermanas y a cada uno de los hijos e hijas de mi hermanastro Antonio, pero solamente a aquellos que estén vivos al momento de mi muerte, y después de dos años de mi fallecimiento, sin exigir intereses”.

En 1874 precisó su pensamiento en cuanto a su sobrino Luis, y escribe: “La parte que forma mi patrimonio eclesiástico quiero que en sus dos terceras partes se entregue al sobrino Luis y esto para compensarlo porla especial solicitud, molestias y gastos que hizo por mi causa”.

Estuvo trabajando en un juzgado en Casale Monferrato. Fue allí donde encontró a la mujer, que nunca llegó a ser su esposa porque era ya separada, y con ella vivió hasta su muerte.

Don Bosco ,que lo amaba tanto, no pudo aceptar esa situación. Le llamó la atención. Fue inútil y no lo quiso ver ya más. Solamente lo recibió en una breve entrevista poco antes de morir, con objeto de dejar bien clara la división entre sus bienes y los bienes de la Congregación. El sobrino dejó bien claro que iniciaría un pleito judicial para exigir cuanto poseía su tío. Pero murió seis días después de don Bosco, con los auxilios de la santa religión.

martes, 7 de octubre de 2008

Mariana, la tía de don Bosco que vivió en el Oratorio.


Esta mujer aparece en la vida de don Bosco cuando mamá Margarita lo quiso inscribir en la escuelita de Capriglio, donde aprendió sus primeros conocimientos. El P. José Lacqua no lo quiso aceptar porque no era de esa parroquia, pero el año siguiente lo aceptó, porque la hermana de Margarita había sido contratada para atender al párroco en todas las tareas domésticas, y ella seguramente influyó para que el sobrino fuera aceptado.


Cuando don Bosco se estableció en la casa Pinardi, acompañado y ayudado por su madre Margarita, pronto el trabajo de la casa creció sobre todo cuando se empezó a dar hospedaje los muchachos sin casa.


Pronto rebasaron el centenar. Hubo necesidad de hacer ayudar por otras personas, para la limpieza, la cocina, la lavandería. Una de las primeras fue Mariana, que llegó al Oratorio hacia 1850. En realidad se llamaba Juana María y era mayor que Margarita. Llegó a Valdocco después de que murió el P. Lacqua, a quien siguió en sus desplazamientos de una parroquia a otra y a quien atendió con dedicación. Tenía ya 65 años. Se le encargó la lavandería y allí gastó los últimos días de su vida.


Le tocó vivir en los tiempos de Domingo Savio y estar enfermos simultáneamente, de modo que nuestro chiquillo tuvo alguna vez que animar a la tía Mariana que ofreciera con paciencia sus sufrimientos a Dios, acompañando a Jesús en la cruz.


Murió el 22 de junio de 1857, siete meses después de Margarita.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Don Bosco quería que uno de su familia fuera salesiano y le echó el ojo a un nieto de su hermano José.



Jose Luis, hermano de don Bosco tuvo solamente un nieto varón, llamado también José, por tanto era sobrino-nieto de don Bosco, el cual deseaba que fuera salesiano y lo mandó a Lanzo (“me hubiera gustado que se quedara en la Congregación uno que llevara mi nombre y estuviera cercano a mí también por los vínculos de la sangre”), pero resultó ser muy inquieto y a fin de año fue devuelto a su familia. Estuvo de nuevo en el Oratorio 1873, pero por falta de aplicación a los estudios y su indomable vivacidad también fue devuelto a su casa, a la que regresó 1875. Su papá Francisco también había estado en Valdocco en 1848.

Es el padre de las tres salesianas Eulalia (la que estuvo en el Consejo General de las Hijas de María Auxiliadora y estuvo presente en la beatificación y canonización de su tío), Rosina (que se fue de misionera a Argentina y allá murió en 1892) y Clementina (que murió en la comunidad de Chieri).

martes, 20 de mayo de 2008

María Auxiliadora, elementos históricos del título


El título de Auxiliadora atribuido a la Virgen María es muy antiguo en la Iglesia. San Juan Crisóstomo, en el año 345 escribía: “Tú, María, eres auxilio potentísimo de Dios”.Pero en el año 1572 el Papa San Pío V, ordenó que en todo el mundo católico se rezara en las letanías la advocación “María Auxiliadora, rogad por nosotros” porque el año anterior en la batalla naval de Lepanto la Virgen había librado a toda la cristiandad de caer bajo el poder de la Media Luna, o sea, del poder musulmán, que intentaba destruir todo vestigio de cristianismo en el mundo.

Durante la Guerra de los 30 años, una guerra religiosa del catolicismo contra el protestantismo que duró de 1618 a 1648, los católicos de Baviera, en el sur de Alemania, se vieron atacados ferozmente y empezaron a invocar a la Virgen María para que les protegiera. La invocaban con la jaculatoria: ¡ María hilf ! (María, ayúdanos, auxílianos).

En Passau los padres capuchinos construyeron una capilla a María Auxiliadora y desde allí se extendió la devoción por toda Europa a través de una Archicofradía, que también se instaló en Turín.En 1683 otra vez apareció la amenaza del Islam y los príncipes cristianos se unieron y vencieron en la ciudad de Viena a las numerosísimas tropas invasoras.

En 1809 el emperador Napoleón Bonaparte mandó poner preso al Papa Pío VII y así lo tuvo durante 5 años. En 1814 tuvo que dejarlo libre y el sumo pontífice regresó a Roma. Entró a la ciudad el 24 de mayo de ese año. El Papa, para conmemorar el hecho, ordenó que ese día se celebrara en toda la Iglesia la fiesta de María Auxiliadora.Por esas fechas había en la Iglesia ya muchas imágenes de María Auxiliadora.

En Alemania había una muy famosa del gran pintor Kranach, y otras en la misma ciudad de Roma. Todas eran diferentes. La mayor parte presentaban a la Virgen con el Niño en brazos. Algunas le ponían cetro y corona.San Juan Bosco pudo conocer en Turín una escultura de María Auxiliadora en mármol que existe todavía en la iglesia de San Francisco de Paula, lugar donde predicó varias veces.En el año 1860, a fin de unificar a todo el territorio italiano en una sola nación, se le quitaron al Papa los Estados Pontificios. Todo el mundo católico sintió que la Iglesia estaba amenazada y que tratarían de hacerla desaparecer, puesto que el Papa ya no tenía un territorio propio, que le garantizara libertad y autonomía, desde donde ejercer su ministerio de Pastor Universal de los católicos.Entonces en todas partes se empezó a invocar a la Virgen María para que protegiera con su poder tan grande a la Iglesia en esos tiempos tan difíciles.En el año 1862 don Bosco tiene el sueño de las dos columnas.

La Iglesia está representada en un grande barco que es piloteado por el Papa y es atacado ferozmente por las fuerzas del mal. Está a punto de zozobrar cuando de entre las olas surgen dos poderosas columnas, una de las cuales tiene en la punta una grande hostia con el letrero “Salus credentium” (salvación de los creyentes), y la otra, que es más pequeña, tiene en anagrama de María con el letrero “Auxiliium Christianorum” (Auxilio de los Cristianos).

La barca de la Iglesia es conducida hábilmente por el Papa y colocada entre las dos columnas y se ancla a ellas. De este modo ya no se la puede hundir y los enemigos huyen despavoridos. Este sueño lo cuenta a los muchachos del Oratorio en las buenas noches.Por esas mismas fechas suceden cosas especiales en un lugar del centro de Italia. Un niño de 5 años llamado Righetto Cionchi, pobre pastorcito que cuida ovejas, encuentra entre las ruinas de una iglesia ya derruida, una imagen de la Virgen con el Niño, pintada en lo que había sido el retablo de aquel templo. El niño conversaba tranquilamente con la Virgen siempre que pasaba por allí. Eso se sabe a través de la hermanita del niño, la cual comenta en la familia que “Righetto platica con la Virgen”.

Pasaba entonces por esos rumbos un señor llamado Juan Castellani, con una enfermedad incurable, que hacía una peregrinación a un santuario mariano que se encontraba cerca a fin de pedir su curación. Se sintió desfallecer y se tiró a descansar junto a un árbol. Alguien lo vio y le sugirió que no necesitaba ir tan lejos, que allí cerca estaba una imagen de la Virgen que platicaba con un pastorcito y que a Ella le pidiera el milagro. Así lo hizo el enfermo y milagrosamente curó de su enfermedad.El hecho se supo inmediatamente y llegó a oídos de Mons. Juan Bautista Arnaldi, arzobispo de Spoletto, el cual fue al lugar de los hechos y certificó con su autoridad que el milagro era auténtico, e interpretó con ese hecho milagroso como una respuesta clara de la Virgen María a las oraciones del pueblo para que protegiera a la Iglesia. Mandó poner alrededor de la cabeza de la imagen, con letras de oro, el título “Auxilium Christianorum”.Luego envió una relación de estos hechos a todos los periódicos católicos. En Turín la publicó el periódico “L’Armonía” y de este modo llegó también a conocimiento de don Bosco, que la leyó a sus muchachos en el Oratorio.

Empezó entonces don Bosco a pensar en la construcción de un grande templo a María bajo este título de Auxiliadora. Puso manos a la obra y el hermoso templo, que conocemos como Basílica de M. Auxiliadora se terminó de construir en 1868. Al terminarlo don Bosco declaró que la misma Virgen María Auxiliadora se había construido su casa, puesto que los recursos habían llegado gracias a las innumerables gracias que María concedía a sus devotos.Desde la Basílica de Turín se extendió esta devoción a todo el mundo, llevada por los salesianos y las Hijas de María Auxiliadora. TENGAN FE EN MARÍA AUXILIADORA YVERÁN LO QUE SON MILAGROS, decía don Bosco.“Será la iglesia madre de nuestra Congregación y el centro del que saldrán todas nuestras obras a favor de la juventud”, dijo don Bosco a uno de sus hijos más preclaros, que será después el cardenal Juan Cagliero.

martes, 22 de abril de 2008

El hermano José

Había nacido en 1813. Es el primer hijo de mamá Margarita y Francisco Luis. Siempre fue muy comprensivo y fraterno con don Bosco, al punto que cada año lo recibía, a su costa, con un grupo siempre creciente de muchachos cuando iniciaban los paseos de otoño. Al dividirse los bienes con el hermano Antonio, José tomó al vuelo la ocasión para irse con su madre a trabajar a Sussambrino contratándose como mediero juntamente con José Febbraro en la finca de los señores Matta. Se casó con una sobrina del socio Febbraro. Regresó de Sussambrino a I Becchi en 1839 y logró construir su casa al frente de la casita de la infancia, que en su momento había pasado a posesión de Antonio.

Tuvo varias hijas y dos varones: Francisco y Luis. Francisco, cuando tenía 7 años, estuvo en el Oratorio (1848) durante dos años en la época en que los muchachos iban a la escuela con la cuchara en el bolsillo. Comía en la mesa con su tío y recibió de él clases junto con otros muchachos que ayudaban en la asistencia. Tuvo solamente un hijo varón, de nombre José, y cinco hijas, de las cuales tres fueron Hijas de María Auxiliadora. Una de ellas, Eulalia, llegó a ser del Consejo General y estuvo en la beatificación y canonización de su ilustre tío. Francisco fue siempre un buen cristiano.

El otro hijo, Luis, estuvo también en Valdocco en 1854 y terminó allí sus estudios en 1862. Fue como la “oveja negra” de la familia porque tiempo después se fue a la ciudad de Casale donde se unió a una mujer sin casarse (M.B. XVIII, 532 it). Don Bosco tuvo que impedirle que fuera al Oratorio. Nunca se casó y así vivió hasta su muerte, que ocurrió seis días después de la muerte de santo.

martes, 8 de abril de 2008

Los familiares de don Bosco.


El papá de don Bosco, Francisco Luis, de su primer matrimonio tuvo un hijo llamado Antonio José (en 1808), y una hija llamada Teresa que murió a los pocos días de nacer. Del segundo matrimonio tuvo a José Luis (1813) y a Juan Melchor (1815), que es don Bosco. El hermano Antonio se casó en 1831 y tuvo 7 hijos, de ellos dos fueron varones, Francisco y Juan. Juan heredará la mitad de la casita de I Becchi que nosotros conocemos como la casita de la infancia de don Bosco. Murió en 1914. La casita pasó a los salesianos en 1926, donada por los descendientes de esos dos sobrinos varones de don Bosco. A partir de entonces los salesianos se hicieron cargo de las reparaciones de la construcción que estaba en pésimas condiciones porque hacía mucho tiempo que ya no se ocupaba como habitación familiar.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Mamá Margarita “peluquera”


El 3 de noviembre de 1846 mamá Margarita seguía a don Bosco a Turín, para instalarse como mamá en el Oratorio apenas naciente. Allí hacía de todo para gobernar esa casita. También la hizo de peluquera. Un exalumno apellidado Roba, que después tuvo un expendio de tabaco en Pecceto Turinés, a la bella edad de 96 años contaba que había sido compañero de Domingo Savio y del beato Miguel Rua, y el venerando anciano narraba este bello episodio de la vida primitiva del Oratorio. “En el tiempo en que estuve en el Oratorio, de 1854 a 1860, una vez mamá Margarita me cortó el pelo. Con las tijeras me hizo unos cortes que parecían las gradas de una escalera. Cuando me quejé, la santa mujer me dijo: estos escalones harán que puedas subir al cielo”. Una buena educadora de la fe esta mamá Margarita, que con esto le quería decir al muchacho: si soportas con humildad este trabajo imperfecto que hice, tú te ganarás el cielo. (D.B. inédito, p. 45)

martes, 4 de marzo de 2008

El anillo matrimonial del papá de Don Bosco


El 28 de febrero de 1884, no obstante su mala salud, don Bosco anuncia que viajará a Francia y buscar ayuda económica. El doctor Albertotti se lo desaconsejó, pero el santo mantuvo su decisión. Al día siguiente mandó llamar al notario y le dictó su testamento; después llamó a don Rua y a don Cagliero y, señalando el acta notarial, les dijo:
- Éste es mi testamento. Los he dejado a ustedes dos como mis herederos universales. Si no regreso del viaje, como supone el médico, ustedes ya saben cómo están las cosas.
Don Rua salió de la habitación y don Cagliero se quedó porque así se lo indicó don Bosco. Este buen hijo le dijo:
- Entonces, ¿realmente quiere partir en esas condiciones?
- ¿Cómo quieres que haga de otro modo? ¿No ves que nos hacen falta recursos? Si no voy, no sabría cómo hacer para dar de comer a nuestros muchachos. Solamente de Francia puedo esperar ayuda.
Cagliero, llorando como un niño, le replicó:
- Vaya, pues, nosotros rezaremos.
Don Bosco le dijo:
- Bueno, yo me voy para Francia. El testamento ya está redactado y en regla. Te lo dejo en esta cajita. Consérvala y será para ti mi último recuerdo.


Don Cagliero, creyendo que en la caja estaba el testamento que ya conocía, la tomó y la metió en su bolsillo sin abrirla. La abrió seis meses después, cuando don Bosco, contra todo pronóstico de los médicos, regresó de Francia. Y vio entonces que dentro de la cajita estaba el anillo de oro matrimonial del padre del santo. Guardó tan hermoso recuerdo durante toda su vida.

martes, 19 de febrero de 2008

¿Antonio era un hermano malo?

El papá de Juan Bosco, llamado Francisco Luis, se había casado en 1805 con Margarita Cagliero y de ella tuvo, en 1808, un hijo llamado Antonio José. Luego tuvo una niña, que fue bautizada de emergencia con el nombre de Teresa y que murió al poco de nacer. A consecuencia de ese parto la mamá también murió. Francisco Luis buscó enseguida otra esposa y la encontró en Margarita Occhiena, con quien se casó en 1812. De ella tuvo a José Luis en 1813 y a Juan Melchor en 1815.

Este muchacho Antonio José, el mayor de todos los hijos de Francisco Luis, era 7 años mayor que Juan. Creció como una persona trabajadora y responsable. Algo taciturno y reservado, pasaba por la pena profunda de ser huérfano de padre y madre.
Cuando se enteró que Juan quería estudiar no pudo asimilar esa novedad en la familia. Se opuso frontalmente. Ya se estaba haciendo cargo de los trabajos del campo y empezaba a tomar responsabilidades como hermano mayor. Sabía que un campesino tiene que trabajar muy duro con sus brazos para poder subsistir. En su familia no había espacio para un “señorito” que se pusiera a estudiar mientras los demás sudaban en el campo. Si Juan no aprendía a trabajar se moriría de hambre.

Era bueno Antonio, pero no entendió ni aceptó que hubiera otro horizonte y otra vocación para un miembro de su familia que siempre había sido de campesinos pobres.

La cosa se solucionó cuando mamá Margarita promovió un juicio para dividir la herencia de los hijos y también porque Antonio se casó y formó su familia en 1831.

martes, 5 de febrero de 2008

Dónde aprendió a leer Juanito Bosco?



En su biografía leemos que desde pequeño se interesó mucho en aprender y aprovechaba cualquier momento libre para leer y estudiar. Esto es verdad y pudo hacerlo gracias a que en julio de 1822 una ley del Rey Carlos Félix ordenó que en todos los pueblos del reino se abrieran escuelas de invierno, que abrían después de la fiesta de Todos los santos (1 de noviembre) y terminaban en la fiesta de la Anunciación (25 de marzo). En estos meses no se podía trabajar en el campo porque estaba cubierto de nieve.

Este tipo de escuela se le encomendaba a la Iglesia, porque sólo ella tenía una penetración casi total en todo el país. En ese programa se les enseñaba a los campesinos lo más elemental, como lectura, escritura, aritmética y religión.

Mamá Margarita aprovechó la oportunidad y llevó a Juan, que se veía inteligente e interesado en aprender, a su propio pueblo de Capriglio, no muy lejos de I Becchi. Podía ir y venir a pie mañana y tarde.

Se presentó ante el padre encargado llamado don José Lacqua para inscribir al niño. Pero fue rechazado porque no pertenecía a esa parroquia, sino a Castelnuovo, que quedaba mucho más lejos. Eso era en el invierno de 1823. Juan tenía 8 años.

El año siguiente las cosas cambiaron, porque el padre Lacqua se había quedado sin la persona que le ayudaba en su casa y en su lugar había contratado a una mujer confiable y trabajadora que se llamaba Maria Juana. Era hermana de mamá Margarita. De modo que con esa influencia el niño pudo ser admitido y frecuentó clases dos inviernos seguidos, de 1824 a 1826.
P. Jorge García, SDB

martes, 22 de enero de 2008

La casita donde nació don Bosco



Es muy conocida la fotografía de la “Casita de don Bosco”. Su paredes son de ladrillo y se ve con claridad al frente una escalera que lleva al segundo piso, donde estaban las habitaciones para dormir.

La verdad histórica es que en esa casita no pudo haber nacido don Bosco, porque su padre, Francisco Luis, la adquirió el 18 de febrero de 1817, cuando Juanito ya tenía un año y medio de vida.

En los archivos tenemos el documento de compra-venta y dice allí que la construcción no es de buena calidad, es decir, no estaba apta para ser habitada. Se destinaba en ese momento a guardar instrumentos de labranza, o a reguardo de los animales durante el invierno. Se le identifica como la casita de I Becchi, también Casa Cavallo.

Cuando Juan Bosco nació, su familia estaba empleada en una finca llamada “El Monasterio” que pertenecía los señores Biglione que habitaban en Turín. En esta finca nació don Bosco. Esta finca se ubicaba a unos 150 metros de I Becchi.

Desgraciadamente la Casa Biglione fue destruida para edificar en ese lugar el actual santuario de San Juan Bosco. En el momento en que se demolía no se sabía que allí realmente había nacido el santo. Sin embargo nos alegra saber que en el preciso lugar en que se ubicaba la parte de la finca que habitaban los empleados, queda el recinto donde ahora se venera la reliquia insigne, atrás del altar de la cripta.
P. Jorge García, SDB

martes, 8 de enero de 2008

Poner la cabeza junto a don Bosco (D. Albera)



Tenemos un poco más de 40 fotos originales de don Bosco. Una de ellas, nos deja ver al santo en el momento de su actividad pastoral que más le gustaba: confesando a sus muchachos. La historia de la foto es curiosa. En esos tiempos de los inicios de la fotografía no había instantáneas, sino que se necesitaba tiempo largo para que la placa pudiera ser impresa.

Se preparó el grupo para la fotografía. Cuando el fotógrafo tenía todo preparado para la foto, un chiquillo que posaba como penitente en el confesionario junto a don Bosco, no lograba quedarse inmóvil por varios segundos, porque estaba muy nervioso. El fotógrafo se impacientaba y pidió a don Bosco que escogiera a otro niño. El Santo le digo con afecto al chiquillo: mira, Pablito, pon tu frente junto a la mía y te sentirás tranquilo y todo saldrá bien. Así lo hizo el niño. Logró tranquilizarse y la foto se tomó. Está muy bien lograda y la conocemos en todo el mundo. Lo curioso es que aquel Pablito de la foto llegó a ser salesiano y lo conocemos como Don Pablo Albera, el segundo sucesor de don Bosco.

A todos los miembros de la Familia Salesiana nos ayuda mucho, para serenar nuestra vida y aclarar nuestra vocación salesiana, el poner nuestra cabeza junto a la de don Bosco. Necesitamos que nos transmita su carisma y su pensamiento educativo.
P. Jorge García, SDB