Tenemos un poco más de 40 fotos originales de don Bosco. Una de ellas, nos deja ver al santo en el momento de su actividad pastoral que más le gustaba: confesando a sus muchachos. La historia de la foto es curiosa. En esos tiempos de los inicios de la fotografía no había instantáneas, sino que se necesitaba tiempo largo para que la placa pudiera ser impresa.
Se preparó el grupo para la fotografía. Cuando el fotógrafo tenía todo preparado para la foto, un chiquillo que posaba como penitente en el confesionario junto a don Bosco, no lograba quedarse inmóvil por varios segundos, porque estaba muy nervioso. El fotógrafo se impacientaba y pidió a don Bosco que escogiera a otro niño. El Santo le digo con afecto al chiquillo: mira, Pablito, pon tu frente junto a la mía y te sentirás tranquilo y todo saldrá bien. Así lo hizo el niño. Logró tranquilizarse y la foto se tomó. Está muy bien lograda y la conocemos en todo el mundo. Lo curioso es que aquel Pablito de la foto llegó a ser salesiano y lo conocemos como Don Pablo Albera, el segundo sucesor de don Bosco.
A todos los miembros de la Familia Salesiana nos ayuda mucho, para serenar nuestra vida y aclarar nuestra vocación salesiana, el poner nuestra cabeza junto a la de don Bosco. Necesitamos que nos transmita su carisma y su pensamiento educativo.
P. Jorge García, SDB
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