jueves, 7 de enero de 2010

¿Quién es Don Bosco?

Active ImageEn el ambiente cristiano de una familia humilde y pobre, en I Becchi, un pequeño poblado del Piamonte italiano, nació Juanito Bosco el 15 de agosto de 1815, hijo de Francisco Luis Bosco y Margarita Occhiena, modestos campesinos que ganaban sobria y honradamente el pan de cada día. Dos hermanos mayores, Antonio y José Luis y la abuela paterna, Margarita Zucca, integraban también esta familia.

Dice el mismo Don Bosco: “el primer hecho del que guardo memoria fue la muerte mi padre, el 11 de mayo de 1817, y las palabras llenas de dolor que me dirigía mi madre: ¡pobre hijo mío, ya no tienes padre”. La orfandad paterna y la pobreza fue la primera experiencia de su vida, pero acompañado, guiado y formado siempre por una madre cariñosa y dedicada por entero a ellos. Ella supo integrar en la educación de sus hijos, la mano dura y el rostro amable. Juanito siempre sintió el apoyo y cariño de su madre.

Cuando tenía nueve años, Juan tuvo un sueño que quedó profundamente grabado en su mente y en su corazón, en él se le indicó su futuro vocacional: lo que ocurrió en la escena de los animales feroces transformados en corderos, él tendría que hacerlo con los muchachos difíciles, pobres y abandonados y hacer de ellos buenos cristianos y honrados ciudadanos. Con muchas dificultades y carencias económicas logra entrar a las escuelas públicas de Castelnuovo y después de Chieri. Finalmente aconsejado por el sacerdote Comollo decide entrar al seminario de San Felipe en Chieri y el 5 de Junio de 1841 recibe de manos del arzobispo Luis Fransoni, la ordenación sacerdotal.

 Los primeros tres años de su sacerdocio los pasó en el “Convitto Eclesiástico” -un centro de formación para sacerdotes- en la ciudad de Turín, bajo la guía y dirección espiritual de san José Cafasso. Ahí aprendió a ser sacerdote y tuvo sus primeras experiencias pastorales en las cárceles de la ciudad atendiendo amigablemente a los muchachos que estaban expuestos a todo tipo de peligros; físicos, morales y espirituales. Ahí descubre que su verdadera y eficaz labor pastoral no se encontraba en las prisiones sino fuera de ellas ocupándose en evitar que los muchachos cayeran en ellas.

Es así como en el otoño de 1846 se establece en el barrio de Valdocco y comienza la obra del Oratorio, encomendado al patrocinio de san Francisco de Sales. Ahí recibe a niños y adolescentes los domingos y días festivos, para instruirlos en la fe, educarlos y entretenerlos sanamente. Posteriormente recibirá en su casa a los muchachos huérfanos que carecían de todo. También él como Jesús, constató que la mies es mucha y los trabajadores pocos, al principio algunos sacerdotes amigos y simpatizantes con su obra le ayudaban pero después lo dejaban sólo. Por lo que se fue dando cuenta que sus mejores colaboradores deberían salir de entre los mismos muchachos que él atendía, educaba y formaba.

Así lo había visto en el sueño, primero los animales feroces se convertían en corderos y después salían pastores del rebaño.

P. Felipe Carranza, sdb

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